Níger expulsa al director local de la empresa francesa líder mundial de la energía nuclear civil

Pierre Prêche EN Afrikara (Kaos. África) 23.08.2007


Se podría decir que en África ocurren hechos asombrosos. Tenemos un país, Níger, que expulsa al director local de la empresa francesa Areva (www.arevagroup.com), líder mundial de la energía nuclear civil, por apoyar una rebelión armada tuareg que responde a las siglas de MNJ (Movimiento Nigerino por la Justicia). Una expulsión que sigue a la de un antiguo coronel francés, Gilles de Namur, encargado de la seguridad de Areva-Níger.

Hay que decir que los dirigentes de esta ex colonia francesa son particularmente blandos con el “señor blanco” acusado de instigar una rebelión militar, desestabilizar las instituciones y amenazar la vida de miles de africanos contra el riesgo de una expulsión suavizada además por el hecho que se llevó a cabo cuando Dominique Pin, el mencionado patrón de Areva-Níger, pasaba sus vacaciones en Francia: un precio muy asequible por promover el golpe de Estado.

Esta expulsión es un hecho insólito cuyas dimensiones neocoloniales, geopolíticas, geoestratégicas, ecológicas y sanitarias desafía a toda África y sus jóvenes movimientos en lucha para inventar otra forma de insertarse en la economía mundial.
De hecho, el 30% de la electricidad de Francia depende del uranio de Níger, que llega por medio de dos sociedades controladas por Areva-Francia: Somair y Cominak. Desde 2003 concurren varios factores en la subida de los precios del uranio, cuyo valor se ha multiplicado por diez en tres años. El petróleo cada vez más oneroso empuja a las potencias mundiales a buscar energías de sustitución. El uranio es una buena opción, pero hay que relanzar la explotación porque los antiguos depósitos militares se han reciclado –Rusia- y los nuevos grandes jugadores como China necesitan tanto carburante para su crecimiento, todavía lejos de la cumbre, que los depredadores occidentales sueñan con privarles del acceso a los recursos estratégicos.
La consecuencia es una subida fulgurante de la demanda y los precios de la materia prima y una presión para la apertura del mercado de Níger, monopolizado desde hace 40 años por… la tolerante Francia.

Níger debe contentarse con el orgullo de ser uno de los cinco mayores productores de uranio del mundo tras acumular en 2005, además del hambre, el destripamiento de los activos nacionales por las políticas sociales de robo con fractura social del FMI y el Banco Mundial y la presión fiscal sobre los más empobrecidos que han conducido a manifestaciones en las calles y movimientos inéditos de huelgas en 2005. Clasificado habitualmente como el último país en el índice de desarrollo humano, con una población de 13 millones de habitantes de 16 años de edad media, Níger "endeudado" y espectador de su depredación neocolonial debería decir amén a la misa de Areva.